Robert Downey jr. No ha tenido un pasado fácil. El actor vivió desde su infancia los problemas en los que se vio envuelto su padre, Downey Sr., con la drogas y alcohol. Un mundo en el que entró cuando solo tenía ocho años, llevándolo a una adicción entre los años 80 y 90, cuando tenía 20 años.
Un tiempo que coincidió con la relación que mantenía con Sarah Jessica Parker, quien hace apenas unos días le confesó que se sentía como una madre para él, y que esa situación provocó su ruptura en 1991. Lejos de mejorar la situación, empeoró. y como resultado tener problemas con la ley, entró en la cárcel. ahí pasó primero seis meses en 1997 por exceso de velocidad y consumo de heroína y cocaína; al año siguiente volvió a prisión por cuatro meses por evitar una prueba de drogas; y en 1999 ingresó en la prisión estatal de Corcoran (California) para pasar 15 meses por, una vez más, evitar pasar un test de drogas.
“Era como estar en un barrio realmente malo”
Una estancia desagradable de la que ha hablado abiertamente en el podcast ‘Experto Sillón’, señalando que ha tenido que lidiar con situaciones difíciles: «Podías sentir la maldad en el aire, y eso no era un problema porque era como estar en un vecindario realmente malo. Allí no había posibilidad. solo hubo amenazas”.
Pero, sin duda, con lo que se queda es el centro de acogida delanodel cual asegura que es “posiblemente el lugar más peligroso en el que he estado en mi vida”, ya que era el lugar donde los presos esperaban a ser asignados a sus celdas.
Aunque, lo que más recuerda el intérprete es cuando recibió la sentencia de prisión por parte del juez: “Voy a tratar de dar los puntos clave. Estoy en la corte, un juez enojado me está sentenciando y en algún momento me dijo algo en latín. Pensé que me estaba lanzando un hechizo.”.
