Esta coproducción brasileño-portuguesa es un retrato etnográfico de los Krahô, un pueblo nativo del centro de Brasil que lucha por defender sus tierras contra empresarios y terratenientes.

Una película etnográfica en el concepto más completo de la palabra, la nueva película conjunta del director portugués y el cineasta brasileño de LLUVIA Y CANTO EN EL PUEBLO DE LOS MUERTOS (ver reseña aquí) vuelve al pueblo Krahô retratado en aquella película pero con una intención menos narrativa y más, si se quiere, panóptica. Si bien es una película actual centrada en la lucha de este pueblo originario por sus tierras durante la presidencia de Joao Bolsonaro, buena parte de su metraje está dedicado a mostrar desde su quehacer cotidiano hasta contar historias y leyendas del pueblo a lo largo de las décadas. , historias que los ancianos transmiten de generación en generación.
Así, la película se acercará a las noticias más concretas sólo cuando muestre los enfrentamientos con la policía, con los «matones» que trabajan a las órdenes de los terratenientes, o en las marchas, manifestaciones y presentaciones de peticiones que tuvieron lugar en Brasilia. durante la pandemia. Pero la mayor parte del tiempo se dedicará a observar las relaciones, rutinas, costumbres y el día a día de esta comunidad que se ubica en la zona norte del estado de Tocantins, ubicado a su vez al norte de la capital.

A lo largo de sus dos horas –en muchos sentidos fascinantes, pero algo exigentes–, CUERVO Mostrará varios momentos de la vida de la comunidad. Quizá la más dura y memorable sea la que tuvo lugar hace ocho décadas -una masacre ocurrida en 1940- cuyas consecuencias se sienten hasta el día de hoy en las historias contadas por los ancianos. Las imágenes de archivo son mínimas y, en general, el cineasta portugués y el director brasileño prefieren centrarse en la narrativa oral.
Entre otros hábitos que relata la película –desde costumbres cotidianas como lavar la ropa hasta el nacimiento de un hijo, en un guión en el que también participaron los habitantes del lugar–, poco a poco todo lo vinculado a la lucha por las tierras que actualmente son manifestando pero reflejando una historia de luchas similares por parte de ese y muchos otros pueblos originarios de Brasil y de toda América Latina.
Ir y venir a través de los tiempos y de los personajes de una manera que no es lineal, LA FLOR DE BURITÍ tiene mucho cuidado de no «explotar» las costumbres indígenas de una manera que podría considerarse «pintoresca» o para exportación Más bien, trata de ser contada desde dentro, desde la propia experiencia vital de ser parte de esa comunidad, compartiendo los buenos y malos momentos que atraviesan a diario y entendiendo su lucha a partir de este ejercicio de convivencia respetuosa.