Un hombre solitario y una mujer sin trabajo se encuentran en Helsinki e intentan iniciar una enredada historia de amor en la nueva película del director finlandés que compite en Cannes.

La belleza de las cosas simples: un hombre, una mujer, quizás un perro. Soledad, una banda de rockabilly tocando en un bar y una cerveza. No mucho más de uno porque, de lo contrario, “los hombres se convierten en cerdos”, como dice Ansa (Alma Pöysti), protagonista de esta bella, pequeña y humanista fábula del cineasta finlandés que nunca defrauda.
En cierto sentido Kaurismaki vuelve a sus orígenes. No es que sus películas hayan cambiado mucho a lo largo de los años, pero sus dos más recientes (EL HAVRE, EL OTRO LADO DE LA ESPERANZA) eran un poco más elaborados que HOJAS CAÍDASen el que vuelve a lo más esencial de su obra: 80 minutos sin grandes giros ni fuertes acontecimientos narrativos, una generosa comedia chaplinesca que con muy poco genera muchas risas y casi tanta emoción.
Ansa trabaja en un supermercado pero la despiden porque descubren que se lleva a casa algún que otro producto caducado. Los guardias no entienden de justificaciones y no les importa que esa comida acabe tirada de todos modos. La despiden abruptamente. Holappa (Jussi Vatanen), por su parte, trabaja en una fábrica y, poco después, le sucede lo mismo. Su consumo de alcohol es algo excesivo y en este caso incluso tiene más sentido despedirla, aunque es igualmente brutal para su estado de ánimo.

Cada uno, por su cuenta, combate la soledad con la ayuda de amigos y salidas, esas que en el cine de Aki siempre parecen algo deprimentes. Sobre todo en el caso de Holappa, que tiende a beber demasiado. En otros momentos escuchan la radio de sus casas, que solo habla, una y otra vez, de diferentes ataques rusos a Ucrania o, en el caso de Ansa, acaba acompañada de un perro que se quedó solo en la calle.
Pero los dos seres solitarios y algo arrepentidos acabarán encontrándose, gustándose y saliendo. Vivirán situaciones divertidas (su visita al cine para ver la película de zombies de Jim Jarmusch es tremenda), confusión y enredos (pierde su teléfono y no se encuentran) y al mismo tiempo, cuando están juntos, se tendrá sus momentos complicados ya que el tema del Alcohol es un problema que Ansa no está dispuesta a aceptar en ninguna pareja por muy potencial que sea.
Habrá separaciones y canciones (tangos finlandeses, rock y una banda indie femenina muy buena) y desencuentros y confusiones, pero todo está dispuesto para que la fábula termine con un final feliz, un cuento de hadas para gente solitaria en un país que quizás no Sea hoy lo deprimente que fue cuando Aki empezó a hacer cine (económicamente, al menos, Finlandia está pasando por un gran momento), pero aún tiene gente solitaria, que necesita el contacto con los demás para sobrellevar mejor el día a día.