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Críticas de Películas

Serie: crítica de «Burden of Proof», de Cynthia Hill (HBO Max)

El documental crimen verdadero Es un género que ya está bastante codificado, con sus trucos, trampas y golpes, con recursos cuestionables -muchos de ellos utilizan reconstrucciones- y con otros elementos que ya forman parte del panorama, especialmente cuando se trata de series, en las que hay que seguir ocultando y revelando información para mantener al espectador atento e interesado de principio a fin, con ganas de ver otro episodio para conocer otros detalles del caso investigado. CARGA DE LA PRUEBA No reinventa el género, ni mucho menos. Sólo que logra dos cosas más o menos insólitas. Primero, tiene una historia que merece ser investigada a lo largo de varios episodios por las circunstancias que la atraviesan. Y otra, tiene un carácter emotivo y humano que va más allá del mero hecho de convertir al espectador en un “sabueso” de un caso enigmático.

Cynthia Hill, directora de célebres documentales como VIOLENCIA PRIVADA y ¿QUÉ PASÓ, BRITTANY MURPHY?ha dicho en entrevistas que no es fanático del género crimen verdadero y que ella terminó involucrada en este documental de una manera extraña: luego de una llamada de Stephen Pandos, el hermano de la víctima, quien, casi 30 años después del hecho, quiso documentar su propia investigación del caso, frustrado por la falta de avances. y las contradicciones que contiene. Hill estaba convencido, más que la investigación en sí, por el centro humano de la búsqueda: Stephen estaba convencido de que sus padres tenían algo que ver con la desaparición de su hermana Jennifer y que esa decisión había destruido por completo lo que quedaba de sus lazos familiares.

El misterio en sí se explica desde el principio. Una mañana de febrero de 1987, cuando los padres de Jennifer Pandos, una niña de 15 años, abren la puerta cerrada con llave de su habitación, se encuentran con que la niña no está y que sobre la cama hay una nota en la que alguien, con una letra algo extraña (o tratando de disimular su forma de escribir), le dice que la chica está con él, que no llame a la policía y que volverá en unos días. Eso no sucede. Nunca ocurrió. No se sabe nada más de ella desde hace 36 años. Tampoco hay cadáver ni pistas sobre dónde puede estar o qué fue de ella.

La película recupera dos de los diversos momentos de la investigación. El original es el que no se ve, del que menos se sabe y que, con el paso de los episodios, estuvo plagado de errores y problemas. Hay una segunda, entre 2006 y 2010 aproximadamente, momento en el que Stephen -quien estaba en la universidad cuando ocurrió la desaparición de su hermana- comenzó a involucrarse en base a posibles pruebas que surgieron vinculadas a lo que sus padres pudieron haber tenido que ver. con el hecho Ese período, más que nada, se rescata de fuertes interrogatorios realizados en ese momento y entrevistas con los policías involucrados en esa etapa. Por último, está la investigación que Stephen está haciendo con el equipo de filmación, en paralelo a la que sigue abierta con la policía local. A veces trabajando juntos. Y, en otros, no tanto.

No es un caso con muchos posibles sospechosos: hay un ex novio, un hombre del que Jennifer ocasionalmente cuidaba niños, la posibilidad de una fuga autodirigida o, bueno, diferentes formas en que los padres podrían haber estado involucrados. involucrados, pero lo principal es que todas las opciones son válidas. Son las diferentes pruebas que la policía cree tener las que están llevando a la investigación (y a Stephen) a elegir una sobre las otras. La familia es la más poderosa, ya que Stephen y su hermana sufrían de un padre, Ron, violento y abusivo, y una madre, Marge, a quien no se le ve en todo el caso tan angustiada y desesperada como se supone que uno está. madre estaría en tal situación.

Así, la hipótesis principal pasa a ser que el padre la mató –probablemente accidentalmente tras una discusión– y que ambos encubrieron su desaparición, o lo que sea que hayan hecho con el cuerpo. Pero a pesar de estar separados y en malos términos desde la década de 1990, la madre sigue diciendo que ella no tuvo nada que ver y que está casi segura de que su padre tampoco. Y Stephen no puede creer que ella lo proteja, ya sea por miedo o porque ella misma estuvo más involucrada de lo que él mismo supone. Esta situación, por supuesto, ha roto las relaciones entre ambos (ya estaban rotas con el padre) y la madre, a pesar de que su hijo le impide ver a sus nietas, no está dispuesta a decir lo que quiere oír.

Así, la serie ahondará en la ruptura familiar pero –jugando un poco con los tiempos y las revelaciones como un policía ficticio– traerá de vuelta, de vez en cuando, a los otros sospechosos, dando a entender también que quizás la hipótesis familiar es no será el único a tener en cuenta. A juzgar por lo visto, o los directores ocultan o no revelan cierta información relacionada con el caso y su investigación, o no queda otra que concluir que la policía es al menos bastante ineficiente a la hora de hacer su trabajo, especialmente en su etapa inicial. Hay pistas que se revelan con retraso que cuesta creer que no hayan sido investigadas más seriamente antes de lo que se muestra en la película.

Más allá de este manejo un tanto ficticio de la información y de las siempre incómodas reconstrucciones (que, por suerte, son muy pocas), CARGA DE LA PRUEBA Es por momentos apasionante por la forma en que consigue sacar al espectador del mero hecho de la pista, el dato y el especialista (aquí hay militares interrogadores, detectores de mentiras, grafólogos, hipnotizadores, lo que se quiera) para centrarse en el corazón de la historia: la frustración de un hijo con su madre y, al mismo tiempo, la de la madre con su hijo. Él no entiende por qué ella no confiesa y ella no entiende por qué él no puede aceptar que ella no tuvo nada que ver. Si ese es el caso, por supuesto.

Contar más es entrar en el territorio de spoilers. Y aunque la serie apuesta por ese lado humano y emocional (hay toda otra zona traumática ligada al padre), Hill no abandona el misterio y la investigación, sobre todo cuando en los dos últimos episodios empiezan a surgir convenientemente otros datos, otras pistas. aparecer. y artículos que se creían perdidos desde el momento del caso mismo. Un caso fascinante, sin duda, y un documental que al menos logra escapar de muchos de los clichés del género para armar una investigación en tiempo real –o eso parece– que no hace más que seguir enredando un misterio que está más amplio de lo que parece. parece al principio.



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