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Críticas de Películas

Serie: reseña de «Barry: Final», de Bill Hader (HBO y Max)

Viendo con pocas horas de diferencia las finales de SUCESIÓN y de barry Me doy cuenta –más bien lo confirmo– de uno de los principales problemas y dificultades de terminar una serie de televisión en relación a lo que significa cerrar una película. Desde que comenzó la llamada «Edad de Oro» de las series –hace un cuarto de siglo, con LOS SOPRANOS, por poner fecha y título–, también se pusieron de moda los espectáculos protagonizados por hombres de hoy llamados hombres tóxicos: difíciles, violentos, complicados, oscuros, incluso peligrosos. Es un bloque amplio que va desde Tony Soprano hasta Walter White, Don Draper y cualquiera que sea el nombre del personaje que interpretó Kevin Spacey. CASA DE NAIPES, por nombrar unos cuantos. En una película, un antihéroe puede ser asesinado, despachado, arruinado, «terminar mal» sin muchos problemas: no hemos pasado suficiente tiempo con ellos para generar una «relación».

En la tele es diferente. ALERTA DE SPOILER. En la serie que seguimos a lo largo de varios años podemos saber que nuestros personajes son bastante impresentables (basta pensar en las cosas que hacían los cuatro que mencioné arriba), pero nos hemos acostumbrado a ellos, hemos aprendido a amarlos, perdonamos ellos muchas cosas. Entonces, cuando les llega un final fuerte, negativo, pero en algún sentido lógico y merecido en base a sus errores, defectos o incluso crímenes, nos molesta, nos duele, nos incomoda. Sentimos que las series que te hacen perder las batallas nos han traicionado. Y no es cierto. Lo que nos traiciona, si se quiere, es el corazón, que nos permite «hacernos amigos» de tipos impresentables, entenderlos y hasta querer que sigan haciendo lo suyo.

Incluso más que la de SUCESIÓNel de barry Es un final lógico, sensato, inteligente, bien construido. Es brutal, eso sí: Barry es asesinado por Gene con dos disparos directos, inesperados, sin mucha preparación ni tensión previa, de alguien sin experiencia en la materia. Barry pareció sobrevivir a todo: explosiones, chechenos, persecuciones, más chechenos, pero en un descuido, el tipo se deslizó al otro mundo. He leído a muchos fans decepcionados criticando la decisión y lo que creo es que ahí juega su cariño por el personaje: es una muerte totalmente lógica con la serie. Brutal, sí, pero dramáticamente irreprochable. Lo mismo que el de NoHo Hank, que es igual de doloroso.

Aunque hay decisiones de la última temporada un poco más dudosas -el salto temporal suena bien como idea pero en la práctica tiene problemas ya que cuesta volver a los personajes-, al final se cierra un círculo que une la primeros episodios. Barry muere, pero su esposa Sally y su hijo John se salvan desde la noche anterior, hartos de su incapacidad para confesar y entregarse por el crimen de Janice. Ese escape de alguna manera termina llevando a Barry al lugar donde morirá a manos de Gene.

Pero años después, el hijo ahora adolescente (interpretado por el joven Jaeden Martell, lo que sugiere una posible secuela) comienza a ver la película de ficción sobre ese crimen, lo que quedó de ese proyecto que trajo a Gene de vuelta de su «exilio» y el que una vez más lo enredó en el torbellino. Y en esa ficción de Hollywood, Barry es un héroe de guerra y Gene es el villano que mata a su novia y trata de hacerlo pasar por el culpable, ya que esa fue la narrativa que quedó tras su reaparición y posterior asesinato de Barry. Uno sabe que las cosas no fueron así –ah, lo último fue–, pero esa es la leyenda que imprime la ficción, la versión algo mediocre de esta serie más compleja.

El error de Barry, el que lo condena, es no haber sabido a tiempo para admitir su responsabilidad en los hechos. Esa falta de autocrítica, ahora ensombrecida por una turbia lectura religiosa, le impide salvarse, literal y metafóricamente. En medio de un tiroteo en el que mueren decenas de personajes secundarios, barry Hace algo inusual en la ficción: también mata a Hank, uno de los protagonistas. Al final ya no hay escapes milagrosos. Alguien tiene que pagar las cuentas.

No es Fuches, que quizás se salva porque en un momento dado se da cuenta de la inutilidad del caos en el que se ha metido y que en buena medida ha generado. Esa especie de nobleza, de reflexión final -el hombre ha pasado sus cien años de soledad y dolor- le da una nueva vida. En algún momento hace lo mismo con Sally. Aunque no tiene tantas cargas pesadas sobre sus hombros, la mujer tiene la grandeza de confesarle a su hijo quiénes son, confesarle su pasado y explicarle el tipo de vida que han llevado hasta entonces.

En el último momento, con todo perdido, Barry también pensará en admitir, confesar, ponerse a disposición. Pero no parece honesto sino lo que llamamos una bofetada de ahogamiento. Y no sirve en esa especie de rara justicia divina que ofrece la serie. Se podría decir que Gene sobrevive a pesar de su parte en todo el caos. Y sí, es cierto, pero lo hizo matando a quien pudiera librarlo de culpa y cargo. No solo eso, después de ese crimen (el de Barry) y la película sobre su vida, en la memoria popular seguirá siendo un villano. Y le será difícil salir de ese rol y salir de la cárcel. La suya es, en cierto modo, una muerte en vida.

Puede que nos duela que Barry se vaya así, brusca y violentamente, pero esas son las reglas del juego que jugó toda la película. Nos puede molestar cómo este o aquel personaje de SUCESIÓN, BREAKING BAD o elige la serie que quieras aquí. Pero no se puede decir que sea una trampa o un truco. Jugaron un juego peligroso y lo perdieron. Eran nuestros favoritos, sí, pero también sabíamos que se movían en aguas pantanosas. El cariño por los personajes es una cosa, la frialdad por entender lo que les sucede es otra.

Al final, no importa si lo que les sucede es justo o no. Lo importante es que -salvo que el tipo de serie lo permita- no se trata de un capricho del todo absurdo. Y aquí no está. Bill Hader se manejó con la sabiduría de quien tiene películas sobre él y un gran futuro como director: creó un mundo violento, divertido y un tanto ridículo, pero siempre tuvo claras las reglas del juego, el tablero en el que se mueven las criaturas. movido . Y en ese ajedrez violento que es la vida según barry por lo general pocos sobreviven y ninguno gana.



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